Ayer y anteayer se celebró en L’Europe la cuarta edición de esta feria semestral, que lleva camino de convertirse en un clásico en la capital. La fórmula fue la misma que en anteriores ediciones y que tan buen resultado está dando: unos 25-30 grifos repartidos por toda la cervecería en 12 puestos de productores españoles, más algunos grifos adicionales de los del propio bar con productos extranjeros y alguna que otra sorpresa. Sencillo y efectivo.
Entrada libre, vasos de cristal proporcionados por L’Europe (sin tener que lavarlos uno mismo, un puntazo), y cervezas a 2,5 euros la media pinta. Esto fue quizá el único punto negativo que resaltaría: si no recuerdo mal, en la 2ª edición (la única a la que había ido) el coste era 2 euros, que no solo es sensiblemente más barato, sino también mucho más cómodo para gestionar el cambio. Como novedad, esta vez se permitía pedir un cuarto de pinta, lo cual se me hace excesivamente pequeño así que pasé olímpicamente de esta posibilidad.
Otra novedad, todo un acierto para mí, fueron los platos de jamón recién cortado que podían pedirse en la barra por 8 euros, una gran idea para comer algo entre birra y birra. Por supuesto, había además salchichas y otras especialidades de la casa para quien lo prefiriese.
Sobre el papel, el elenco de productores presentes pintaba muy bien, con varias marcas bastante nuevas (Brux, Zeta, La Quince, Mustache), alguna que ya tenía ganas de probar (Sevebrau, Keltius) y otras muy conocidas y consagradas (Pirata, Cibeles, Medina). La lista la completaban Vier, Gruit y Lluna.
Debo decir que salí muy satisfecho con lo que probé y con el buen ambiente que hubo en toda la feria. Yo estuve el domingo a última hora y el lunes hasta las 6 de la tarde más o menos. Fueron dos sesiones muy diferentes: el domingo estaba lleno, con ambientazo, pero sin demasiadas apreturas y desde luego sin colas para pedir; el lunes el tema empezó flojito y se fue animando a medida que avanzaba el día.
De las cervezas catadas destacaría la Seveboris IPA de Sevebräu (7%), una colaboración con Boris de Mesones que no tiene nada que envidiar a las mejores IPA americanas, me pareció buenísima (y la Gusti Export tampoco estaba nada mal). También me gustó mucho la Vanilla Black Velvet de La Quince (en colaboración con Guineu), un Imperial Stout de 9,5% rotundo, con un aroma a vainilla de Madagascar que le queda sorprendentemente bien. Otra que me encantó fue la Vierfest, una Red IPA especial para celebrar el primer aniversario de esta marca vallisoletana, de 7%, con 100 IBUs que se notan pero quedan bastante bien balanceados con una buena dosis de malta caramelo. Me confirmó las buenas sensaciones que me dejó la Vier IPA que había probado recientemente en botella (y que también tome de barril en la feria, muy buena).
Mención especial para la orensana Keltius, una marca que probé por primera vez y me causó una buena impresión. Las Keltius 2.0, Mosteiro y Miño definitivamente merecen la pena, pero la que me llamó más la atención fue la Keltius Kince Lupulus, una Imperial IPA de 7,5% con 15 lúpulos diferentes que entra francamente bien y tiene un aroma cítrico delicioso. Es una colaboración a tres bandas entre Keltius, La Quince y el bloguero Humulus Lupulus. Enhorabuena a los tres.
En cuanto a frikadas, la palma se la llevó la Dawat 18,41, que en principio era la estrella de la feria. Se pinchó el lunes a primera hora y los primeros en catarla fueron los propios expositores, a los que en general pareció gustarles bastante. Es una Eisbock de 18,41% -la birra más fuerte que he probado hasta la fecha- muy bien camuflados, si no te lo dicen uno pensaría que no tiene más de 10 o 12%. Es bastante dulzona pero pasable, más parecida a un licor de sobremesa que a una cerveza. A mí no me va demasiado este estilo, así que no la recomendaría salvo por la curiosidad de probar algo tan diferente. Es cara: se servía en vasos poco más grandes que un chupito, por 3€ cada uno.
Otra rareza que probé fue la Timmermans Oude Lambiek, que tiene su gracia pero es la cosa más ácida que me he llevado a la boca en mucho tiempo, se han pasado. No está mal después de que uno se acostumbra a su acidez tras un par de sorbos, pero dudo que muchos puedan beberse más de un vaso.
También hubo tiempo a probar las dos Gruit que había de barril, la Inferno (9%) y la Amber (6,6%), muy diferentes a todas las demás. Como su nombre indica, no llevan lúpulo (bueno, me dijeron que la Inferno sí lleva algo) y están aromatizadas con otras hierbas (milenrama, artemisa, mirto). El resultado es sorprendentemente bueno, desde luego mejor de lo que esperaba, y merece la pena probarlas. Me gustó casi más la Amber aunque la Inferno es más contundente y parecida a las cervezas “normales”.
La Zeta Helles me gustó bastante, aunque es un estilo poco dado al lucimiento. Esta marca lleva solo unos meses en el mercado, habrá que estar atento a los nuevos tipos que puedan sacar. En cuanto a los vallisoletanos de Brux, que también llevan poco en esto, trajeron dos cervezas (Akelarre y Corvus) sólidas, bien hechas pero sin tampoco destacar demasiado.
Y este repaso a las cervezas bebidas no puede terminar sin hablar de los dos birrotes de La Pirata que pude volver a tomar: la Mayo y la Black Bock, buenísimas. Esta casa se está consagrando como una de las mejores de España a mi modesto entender.
Lo mejor fue que no hubo ninguna cerveza que no me gustase, ni detecté ninguna en mal estado ni nada por el estilo. Así que el nivel cervecero de la feria en mi opinión fue francamente alto, diría que por encima de la edición de mayo del año pasado. Enhorabuena a organizadores y participantes.
Resumiendo, disfruté un montón de este evento, que además tiene el atractivo de ser pequeño y cercano, con lo que es fácil hablar largo y tendido con los productores, conocer a otros bloggers, etc. Me volvió a demostrar una vez más que las ferias suelen ser mucho más interesantes que los festivales, que en definitiva vienen a ser simplemente como un gran bar, sin el aliciente de tratar directamente con el productor ni poder comprar botellas para llevar. Y soluciones como el “meet the brewer” en el BBF no son lo mismo, no pueden sustituir la espontaneidad de ir de puesto en puesto charlando con unos y otros.
Espero que siga la tradición y este otoño tengamos otra feria en L’Europe. Nos vemos por allí!
Como ya te comenté en mi blog ciertamente coincidimos bastante, buen nivel de cervezas y un ambiente inmejorable. A ver si la próxima vez coincidimos y nos ponemos cara.
Saludos!
Tenéis mucha suerte de tener a un equipo comandado por Nicolás que apueste por una feria así. Desde luego pintan muy bien las cervezas en general y el ambiente es verdaderamente envidiable.
Donde discrepo es en la comparación del BBF con las ferias… son formatos diferentes, con sus pros y sus contras (ambos), y los creo necesarios y compatibles en un calendario anual que necesita de más gente que apueste por proyectos interesantes como los que están tras BBF o L’Europe.
Saludos!
P.D. Timmermans Oude Lambiek la cosa más ácida…??? No se si te has atrevido con alguna Cantillon, 3 Fonteinen o Girardin… jejeje!!
No, si no discuto que sean formatos compatibles y que cada uno tenga su sitio en el calendario. Si por mí, cuantos más saraos cerveceros haya, sean como sean, mejor!! Lo único que digo es que a mí me gustan más las ferias que los festivales y esta de L’Europe me lo ha vuelto a demostrar.
PD: Cantillon?? 3 Fonteinen?? Girardin?? Pero cómo me voy a atrever con eso si yo es salir de Mahou y San Miguel y ya me asusto??!!… je, je, jeee, no, fuera bromas, me encantan las cervezas de fermentación espontánea, y he probado muchas, pero de verdad que esta Timmermans Oude Lambiek es de largo la más ácida de todas ellas. Lo que pasa es que es un estilo poco común, a diferencia de la más típica Gueuze, que combina lambics envejecidos con jóvenes esta es una lambic vieja «pura», sin mezcla. Lo más parecido que he tomado en mi vida fue una lambic joven servida directamente del tonel en mi visita a Cantillon, pero no la recuerdo tan tremendamente ácida. Claro que de eso hace 20 años, así que igual me falla la memoria.
En general veo que casi todos coincidimos en el nivel general de las cervezas, luego ya entran los gustos personales de cada uno, pero también creo que el nivel ha estado bastante alto.
Yo no he estado en el BBF, y aunque pienso un poco como Lupuloadicto, que son dos formatos que creo que pueden convivir perfectamente juntos, a mi me llama más este tipo de feria, más cercana y donde puedes estar más en contacto con los productores y todo el mundo en general.
Respecto a los «vinagrillos», a mi tampoco me gustan, y eso que lo poco que he probado está lejos de las Cantillon, que la verdad, tampoco me gustaron nada de nada cuando las probé 😀
Un saludo!
pues totalmente de acuerdo en que los dos formatos pueden convivir, faltaría más. Y también de acuerdo en que las ferias son más interesantes.
Sobre los vinagrillos, a mí sí me gustan, Cantillon en concreto me encanta y es una de mis favoritas. Pero esta Oude Lambiek de Timmermans es más bien un «vinagrazo», acidez totalmente fuera de control!!
Hola Birrologo
Me alegro mucho de que quedarás tan satisfecho con nosotros. Veo en la entrada anterior que VIER IPA te gustó de botella también.
La siguiente vez presentate y te pongo cara
Y abrazo. Javier
Pero sí que me presenté!!! me rompes el corazón… todo el rato que estuvimos hablando el domingo por la noche y el lunes a primera hora de la tarde y ni te acuerdas de mí.. sniff… si hasta estuvimos comentando la Dawat con Su Ilustrísima Eminencia el Barón de la Birra un buen rato. Bueno, te lo perdono porque hacéis muy buena birra y seguro que me envías una cajita de cada tipo para que se me pase el disgusto, verdad? 🙂