Aquí van dos birrotes que me sorprendieron muy gratamente la primera vez que los probé y se han convertido en habituales de mi nevera. Vienen de Caerphilly, en Gales, y están inspirados -en teoría…- en las tradiciones celtas, la comunión con la naturaleza y otras chorradas similares.
La verdad es que la web de Celt Experience, muy bonita eso sí, está llena de las sandeces tan habituales en estos tiempos entre algunos productores artesanos con ínfulas de artistas o líderes de supuestas revoluciones culinarias. Resulta altamente pretenciosa, rollo Brew Dog pero sin el componente “punk”. Por ejemplo, describen el concepto “Celt Experience” como “Beer fashioned as an artform for exuberance”. Menos lobos, Caperucita.
Por suerte todo esto lo leí después de haber probado estas dos cervezas, que si no igual ni las compro, lo cual hubiera sido una pena. Las vi en El Club del Gourmet del cortinglés y me animé a comprarlas mayormente porque me encantan las ales británicas, pero sinceramente esperaba poco de ellas.
Sin embargo, cuando tomé la primera, la Golden, me enamoró al primer sorbo. Es exactamente el tipo de cerveza que me encanta: versión modernizada de un ale inglés de corte clásico, respetando la esencia tradicional del estilo pero incorporando elementos actuales (oséase, más lúpulo, más aroma y más sabor). Toma frasecita que me he marcado, digna de poner en su web…
Es un estilo similar al de la Pura Pale de Masía Agullons que reseñé recientemente, aunque técnicamente la Celt Golden es una Blond Ale y la otra una Pale Ale.
De color rubio claro luminoso, con una ligera turbiedad, mucho aroma a lúpulo floral y fresco, delicioso; espuma blanca y cremosa con burbujitas. Cuerpo ligero, 4,2%, mucho amargor inicial pero con un buen balance de malta y un final largo y amargo buenísimo. Para tomársela de cinco en cinco… Para mí esta cerveza es un 10.
La Bronze también es excelente, aunque en mi opinión no llega al nivel de la otra. De nuevo, es un clásico bitter inglés con más carga de lúpulo, un aroma intenso y perfumado, color cobrizo brillante, cuerpo ligero pero no tanto y sabor amargo potente, yo creo que más amarga que la otra, aunque la malta también se deja notar. Esta tiene 4,5%. Muy recomendable, le pongo un 8.
Ambas vienen en botellas de 50 cl, además de en ECI las suelen tener en Sánchez Romero. Ardo en deseos de probar más birras de esta micro, a ver si se animan a traer más a España!!